5 rincones de Oaxaca que debes conocer

Oaxaca es una de las joyas más preciadas de México. La mezcla de sabores, colores, tradiciones, los vestigios de civilizaciones antiguas y la llegada de la modernidad, hacen de este destino una experiencia mágica, que atrapa incluso a los viajeros más exigentes. De hecho, cada vez más personas se enamoran de estos destinos, desde los más turísticos hasta los misterios escondidos. En 2019 hubo un incremento del 6.8% en la derrama económica por turismo en el estado a comparación de otros años. Tan sólo la Ciudad de Oaxaca recibió a más de un millón de visitantes que buscan sumergirse en una cultura riquísima. ​ 

“La identidad tiene que ver con la preservación de las raíces. Oaxaca es lugar perfecto para conectar con lo ancestral, mientras aprendemos la historia de un pueblo diverso. Si bien es cierto que podemos encontrar lugares en donde el turismo es muy común, existen otros un poco más desconocidos, pero no por eso menos hermosos. Hay que aventurarnos a salir de las rutas convencionales para descubrir los misterios ocultos de un estado que resalta por su belleza”, comenta Miguel Casas, Head of Country Mexico de Selina.

Pensando en esto, el equipo de Selina, empresa del sector hotelero que facilita el estilo de vida de las nuevas generaciones de viajeros y nómadas del mundo, nos comparte unos tips sobre rincones de Oaxaca que no te puedes perder la siguiente vez que salgas de vacaciones.

Un mercado muy original

Para conocer bien un lugar, uno tiene que ir a sus mercados. Este es un pensamiento muy difundido en México y cobra especial sentido cuando visitas el Mercado de Tlacolula, el cual se encuentra a 30 kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Lo más especial del lugar es que conserva su esencia local, pues de hecho es el sitio en donde se reúnen productores indígenas a vender lo que ellos mismos cultivan. Desde metates, carnes, embutidos, mole, quesos, hasta delicias como la barbacoa, este sitio es ideal para aquellos que se quieren adentrar a las entrañas de la cultura oaxaqueña.

También podrás encontrar artesanías, mezcal y otros alimentos típicos como los chapulines. Otra ventaja es que tiene todo un pasillo dedicado al tejate, una bebida ancestral deliciosa que está hecha de cacao, hueso de mamey y maíz.

Una parada gastronómica sin igual

Si lo tuyo es probar las delicias que ofrecen los destinos, te aconsejamos ir a Villa de Etla, un municipio que se encuentra a 17 kilómetros de Oaxaca centro. Este lugar destaca por el templo y exconvento de Etla, un edificio religioso con una arquitectura impresionante, así como por ser uno de los sitios donde mejor se cocina el mole.

Lo más recomendable es ir a Villa de Etla para probar las comidas en las fondas locales, donde además de una gran oferta de mole (negro, amarillo, rojo, verde), también se pueden degustar otros platillos típicos. Además, el queso de hebra es delicioso pues se prepara en las poblaciones aledañas.

El lugar ideal para convivir con la naturaleza

Oaxaca no sólo cuenta con una diversidad cultural magnífica, sino también natural. Una exposición de su magnificencia es el Jardín Etnobotánico, el cual forma parte del Centro Cultural Santo Domingo, el cual se ubica en el antiguo Convento que fue construido en los siglos XVI y XVII en la Ciudad de Oaxaca.

Además de su importancia histórica, en la actualidad podemos conocer sobre la gran diversidad de climas, las formaciones geológicas y la vegetación endémica del estado. Descubre cientos de especies de plantas ordinarias del lugar, mientras tomas un agradable recorrido. También puedes encontrar cursos, conferencias y talleres abiertos al público en este espacio. ​ 

Tejate, la bebida de los dioses

El tejate, también conocida como la “bebida de los dioses”, es una mezcla refrescante y nutritiva hecha de maíz, cacao, almendra de mamey y solita de cacao, una flor comestible de color blanco con un aroma agradable y sabor dulce que da el rosital, árbol muy popular en San Andrés Huayapam, municipio de la región de los Valles Centrales que es conocido como la “tierra del tejate”. Se trata de un verdadero elixir oaxaqueño que concentra la tradición y la cultura milenaria de México. El tejate se sirve bien frío y en jícaras rojas.

Noche de los rábanos

La Noche de Rábanos es una fiesta popular en la que los hortelanos y floricultores exhiben sus diseños especiales realizados con el rábano, “la flor inmortal”, y el totomoxtle. La celebración ocurre en sólo unas horas, en las que congrega a los habitantes de la ciudad en el área del Zócalo, quienes asisten para admirar la creatividad de los participantes en este concurso anual. Esta celebración se lleva a cabo el 23 de diciembre.

“Además de estos, existen muchos otros misterios de Oaxaca que vale la pena ser revelados. Lo más importante es que salgas de tu zona de confort y te lances a descubrir sitios a los que no muchas personas llegas; todo en un lugar que tiene una gran oferta de hospedaje, así como gente maravillosa que te hará sentir como en casa”, concluye Miguel Casas.